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Durante el último siglo, los fertilizantes sintéticos han permitido duplicar la producción agrícola mundial. Sin embargo, a pesar de su importancia crítica para nuestros sistemas alimentarios, su uso generalizado genera múltiples impactos ambientales (p.ej., emisiones de gases de efecto invernadero, degradación del suelo, eutrofización) y pone en peligro la salud humana. Además, se obtienen a partir de fuentes no renovables (p. ej., minerales de fosfato y potasio) y dependen de procesos altamente demandantes de energía para su fabricación (p. ej., la producción de amoníaco a través del proceso Haber-Bosch contribuye a aproximadamente el 2% de las emisiones globales de carbono).
Es necesario reducir el uso y los impactos de los fertilizantes sintéticos para poder garantizar la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios y apoyar la salud humana. En línea con estas preocupaciones, la UE ha establecido el objetivo de reducir las pérdidas de nutrientes en un 50 % para 2030 como parte de la estrategia «De la granja a la mesa», dentro del Pacto Verde Europeo. Un área de actuación clave es el mantenimiento de la salud del suelo a la vez que se abordan los impactos ambientales de las prácticas agrícolas convencionales.
Los fertilizantes de base biológica y las enmiendas del suelo están emergiendo como herramientas esenciales en el desarrollo de una agricultura más sostenible y resiliente, ofreciendo alternativas a los fertilizantes sintéticos que son respetuosas con el medio ambiente y mejoran la salud del suelo.
Fertilizantes de base biológica y enmiendas del suelo: tradición e innovación
Los fertilizantes de base biológica y las enmiendas del suelo se utilizan a menudo como conceptos intercambiables, principalmente porque los fertilizantes de base biológica se extraen de organismos vivos o de sus residuos, lo que también es cierto para muchas enmiendas del suelo. Sin embargo, tienen algunas diferencias clave: los fertilizantes de base biológica proporcionan nutrientes al suelo, al tiempo que promueven su fertilidad natural. Las enmiendas del suelo, por otro lado, también pueden proporcionar nutrientes, pero sus efectos se centran en mantener o mejorar las propiedades físicas, químicas y/o biológicas del suelo. En comparación con los fertilizantes sintéticos, tanto los fertilizantes de base biológica como las enmiendas del suelo ofrecen un enfoque más holístico de la agricultura, que apoya la biodiversidad, mejora la estructura del suelo y reduce el daño ambiental.
A continuación, enumeramos los fertilizantes y enmiendas del suelo de base biológica más relevantes: